Lo que las hormigas y las orcas pueden enseñarnos sobre la muerte

En el verano de 2018, frente a la costa de Columbia Británica, una orca llamada Tahlequah dio a luz. Cuando la cría murió después de solo media hora, Tahlequah se negó a dejarla ir. Durante más de dos semanas, cargó el cuerpo de su cría, a menudo equilibrándolo sobre su nariz mientras nadaba.

La historia se volvió viral, lo cual no sorprendió a Susana Monsó, filósofa de las mentes animales en la Universidad Nacional de Educación a Distancia en Madrid. A pesar de la gran distancia que parece separar a los humanos y a las orcas, esta madre orca se estaba comportando de una manera profundamente comprensible.

«Esta idea de una madre aferrándose al cadáver de su cría durante 17 días parece algo que podemos entender, algo con lo que podemos relacionarnos, para quienes hemos experimentado una pérdida», dijo la Dra. Monsó.

Por supuesto, proyectar nuestras propias experiencias humanas en otras especies puede ser complicado, y los científicos a menudo advierten sobre los errores que podemos cometer al caer en este tipo de antropomorfismo. Pero también podemos ser engañados por nuestra tendencia a asumir que muchos rasgos cognitivos y emocionales son únicos de los humanos, explicó la Dra. Monsó. En su nuevo libro, Playing Possum, sostiene que una variedad de especies animales tienen al menos un concepto rudimentario de la muerte.

La Dra. Monsó habló con The New York Times sobre su trabajo. Esta conversación ha sido condensada y editada para mayor claridad.

¿Cómo te interesaste en este aspecto de las mentes animales?Siempre me han interesado esas capacidades que se entienden como exclusivamente humanas, como la moralidad o la racionalidad. La muerte fue un tema natural para explorar. Había un número creciente de reportes sobre animales que reaccionaban de diferentes maneras ante cadáveres. Esto parecía ser el nacimiento de una nueva disciplina, llamada *tanatología comparada*: el estudio de la relación de los animales con la muerte.

Mencionas que un animal no necesita tener un “concepto” de la muerte para responder a ella. ¿Puedes dar un ejemplo?Los cadáveres pueden ser objetos muy importantes, ya sea porque representan una oportunidad para animales carroñeros o porque suponen una amenaza para aquellos que podrían infectarse con patógenos que transportan. Así que algunos animales están equipados con adaptaciones que les permiten detectar cadáveres.Las hormigas, por ejemplo, sacan a las hormigas muertas de la colonia y las llevan al vertedero. Este comportamiento parece depender de la detección de ciertas señales químicas, como el ácido oleico, que se produce en el proceso de descomposición.Si ponemos ácido oleico en una hormiga viva, las otras hormigas la tratarán como si estuviera muerta y la llevarán al vertedero. Así que en realidad no están entendiendo la muerte. Lo que hacen es simplemente reaccionar, más o menos automáticamente, a un estímulo particular.