La palabra “sororidad” ha tomado auge en los últimos años. Su origen se remonta a la década de los setenta, cuando Kate Millett lo utilizó dentro del feminismo de la segunda ola. Sin embargo, cincuenta años antes, Miguel de Unamuno, escritor español, escribió un término al que llamó “sororidad«.
Con esta palabra, se refirió a la hermandad femenina, y lo expuso por primera vez en su novela La tía Tula (1921), para poner nombre al “amor de la hermana”, por lo que deriva de la hermandad entre mujeres; por consiguiente, se perciben como iguales; pueden aliarse, compartir, competir; sobre todo: cambiar su realidad, debido a que todas, de diversas maneras, han experimentado la opresión.
Con relación al tema, la encargada de Comunicación social de la Red Mesa de Mujeres, Yadira Cortez Castillo, mencionó la importancia de tejer redes de apoyo; sobre todo por el alto índice de violencia que se registra en la ciudad.
“Sí, es eso: apoyarnos, sin cuestionar nada; o sea, porque muchas veces lo escuchamos por ahí el tema de ¡ay, pero ahí anda con ese tipo, no nos importa ese tema!… es como el apoyo incondicional y sin cuestionar y sin juzgar porque al final, cuando se necesita, se necesita. Ya después, seguirá ir a terapia, o generar cambios. Pero sí, la solidaridad va en ese sentido”.
Asimismo, se argumentó que se debe pensar con la perspectiva de género; o sea, del hecho de las condiciones que afrontamos como mujeres, que son las mamás y que tenemos responsabilidades en casa. No podemos ser sororales si no tenemos este filtro de entender, de comprender a la otra desde una mirada de mujer y desde las circunstancias y condiciones que nos pone el mundo a las mujeres. Si no tenemos la perspectiva de género, la sororidad va a ser muy difícil.
Por consiguiente, esto se debe aplicar ahorita; sobre todo, entre los jóvenes o jovencitas en niveles de secundaria, preparatoria y universidad.
¿Cómo ayuda en la cuestión de seguridad?
“Pues fíjate, es bien importante porque, sobre todo, las adolescentes de pronto son como ¡ay, yo no necesito nada! Se pueden caer en situaciones en las que se sienten un poco intocables o que no les va a pasar nada, y entonces se pueden exponer a situaciones de vulnerabilidad”, respondió.
Además, dentro de los planteles o centros laborales, se buscaría consolidar un poco la solidaridad; para evitar abusos, secuestros, acoso e intimidación de los varones.
“Claro, que se puedan sentir acompañadas, como te digo comprendidas, no juzgadas; eso es bien importante y yo siempre saco a colación el tema de Mía, porque nosotras tuvimos una entrevista con ella, bien bonita, y porque ella es una chica muy, muy amable en proporcionar el tiempo. Es una guerrera y ella nos decía en esa entrevista, “yo vivía violencia, pero yo veía que todas mis amigas vivían lo mismo: el tema del control del celular, de por qué le hablas a este, por qué el otro, como todas vivían lo mismo, entonces era normal y, cómo nadie dijo nada” ejemplificó Cortez Castillo.
«Pero si una habla, la otra va a decir ay a mí también y otra y otra y otra y entonces se pueden generar redes sororales, redes de protección, entre las jovencitas y en los espacios laborales, pues eso es magnífico que pudiera suceder en todos lados. La sororidad vino para la comprensión y el apoyo entre nosotras».
“Y que no se dé juzgarnos, la envidia, el rencor entre nosotras, porque, al contrario, necesitamos estar unidas para poder enfrentar todas las violencias a las que podemos estar expuestas”, puntualizó la defensora de los derechos de las mujeres.
Entonces si externas estas situaciones, si te sientes en confianza, ten por seguro me van a apoyar y no me van a juzgar. Lo vas a sacar, y a lo mejor, sale más de una que vive la misma situación, y hasta ese punto llega la importancia de la sororidad y del apoyarnos y de tener redes que nos puedan acompañar en procesos como estos de violencia, ya que tristemente existen muchos ejemplos que dar de la falta de ese acompañamiento para que las chicas sigan con vida.
Dicen que “el peor enemigo de una mujer es otra mujer”, pero se puede cambiar esa frase y rescatarnos de las distintas situaciones que vivimos. Es importante cambiar los estereotipos, consolidar esa hermandad y tener ese apoyo entre nosotras.